Desde el primer contacto telefónico tuve la certeza que Marta era la persona que necesitaba en este gran proceso de vida.
Su voz me dio la tranquilidad que no encontraba en otro sitio. Voz calma, positiva, dulce, firme y con un brillo particular.
Ella me escuchó y supo inmediatamente entender mi historia y mis necesidades a la perfección.
Marta es luz, es fuerza, pero al mismo tiempo tranquilidad pura.