Comencé a acompañar familias en el año 2007 en “La paridera de Acuario” de la mano de los ginecólogos, las comadronas y las parteras de Acuario. Me considero heredera directa de su filosofía y siento que con nuestro trabajo estamos también preservando una memoria: la memoria de parir como humanas.

Para mi, ayudar a que el nacimiento y el parto se den de esta manera es un acto revolucionario, una militancia por la paz en el planeta.

Soy comadrona porque me produce una enorme ternura acompañar a las mujeres durante el parto y creo que no hay sensación tan hermosa como sostener a un recién nacido en los brazos. Es una vocación que me realiza profundamente.

Creo que la labor de una buena comadrona es inestimable y puede mejorar enormemente la satisfacción de la experiencia de parto, independientemente de cómo y dónde sea.

Fui cofundadora de “Mujeres Sabias, nacimientos acuarianos”, de la que me desvinculé más tarde para crear “La casa de Isis”.

Desde el 2007 he acompañado más de 800 nacimientos, 400 en domicilio, 100 nacimientos en los últimos tres años.

Soy una apasionada de mi trabajo y también de mi profesión. Para mi ser comadrona es una manera de vivir, un camino de vida.